Considera acudir a terapia
Tanto terapeutas como psiquiatras están capacitados para manejar una serie de situaciones, y pueden ofrecer un espacio seguro para trabajar juntos y desarrollar habilidades de afrontamiento que te ayuden.
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Tanto terapeutas como psiquiatras están capacitados para manejar una serie de situaciones, y pueden ofrecer un espacio seguro para trabajar juntos y desarrollar habilidades de afrontamiento que te ayuden.
Acude a tus consultas médicas para tus chequeos regulares. De esa manera podrás detectar cualquier condición antes de que se convierta en un problema mayor. Trata de crear el hábito de hacer preguntas y compartir tus preocupaciones para saber a qué te enfrentas y puedas obtener la ayuda que necesitas. De ser relevante, habla de las opciones de atención a largo plazo y para el final de la vida que son importantes para ti, y comunícaselas a un ser querido de confianza. Aunque pueda ser difícil pensar en esto, te dará tranquilidad saber que has comunicado tus deseos con anticipación ante cualquier situación de emergencia, y evitará que tus seres queridos estén en situaciones difíciles más adelante.
Escribe cómo te sientes, y no te enfoques sólo en lo que te hace feliz, sino también en lo que te causa estrés o dolor. Las diferentes emociones que tenemos nos ayudan a manejar nuestra respuesta al estrés, y esto puede favorecer que nuestro sistema inmunológico sea más saludable. Mantener un diario también te puede servir para actuar: podrías identificar qué cosas quieres dejar de hacer o hacer menos y cuáles te gustaría empezar a hacer o hacer más, en qué situaciones quieres hacer cambios o necesitas que alguien te ayude, y podrías descubrir formas de manejar el estrés en el momento, si sabes qué cosas lo activan. Puede ser tentador usar la computadora, pero es más útil recurrir al clásico papel y lápiz. La buena noticia es que para obtener beneficios sólo necesitas dedicarle un par de veces a la semana a la escritura, durante unos 10 a 20 minutos.
Si las cosas parecen estar empeorando en vez de mejorar, notas que has perdido el interés en personas y cosas que antes disfrutabas o te cuesta hacer actividades del día a día como comer, vestirte y salir de casa, podrías estar experimentando un problema de salud mental más grave, y lo mejor sería que busques un terapeuta o psiquiatra que te ayude a encontrar alivio. Considera empezar a registrar tus síntomas, ya sea en un diario o en una aplicación para el seguimiento del estado de ánimo, ya que no es tan fácil reconocer cuándo se producen cambios. Si tú o un ser querido tienen pensamientos de autolesión, habla con alguien de confianza o llama o envía un mensaje de texto al 988 para obtener apoyo gratuito y confidencial de la Línea de Prevención del Suicidio y Crisis.
Es posible que lo último que quieras hacer sea hablar de lo que te está pasando. O quizá no quieras contarles a tus seres queridos. Es irónico, pero por lo general, esto es una señal de que para empezar a sanar necesitas dejar salir lo que te está oprimiendo. Considera pedirle a un terapeuta o a alguien de confianza que te escuche. Con una sola persona es suficiente para comenzar.
El voluntariado, además de que ayuda a los demás, tiene efectos muy positivos en tu estado de ánimo. Sentirás un aumento en los niveles de oxitocina y una liberación de dopamina, junto a una sensación de satisfacción que puede ayudarte a reducir el estrés y el desgaste. El voluntariado también es una forma maravillosa de crear y reforzar vínculos sociales, algo cada vez más importante en estos tiempos en que el aislamiento social va en aumento. Cuando eres voluntario, no sólo puedes establecer nuevas relaciones, sino que puedes fortalecer las que ya tienes si realizas el voluntariado con tus seres queridos. (Un estudio muestra que las parejas que hacen voluntariado juntas tienen más probabilidades de permanecer unidas).
Cuando no estás de buen humor, puede ser difícil encontrar las fuerzas para cuidar de ti mismo. Incluso la más pequeña de las actividades puede parecerte demasiado abrumadora. Pero eso no significa que no lo merezcas. Encuentra tiempo para hacer algo que te guste, ya sea escuchar tu disco preferido, leer un libro o comer algo.
Las mantas con peso (TLDR, por sus siglas en inglés) funcionan. Los chalecos con peso funcionan incluso para nuestras mascotas. La ciencia es sencilla: es como estar arropado, seguro y protegido, o como recibir un gran abrazo de alguien a quien quieres. Está demostrado que el peso de una manta ayuda a calmar los nervios y a conciliar el sueño, lo que a su vez tiene todo tipo de beneficios para la salud.
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