Hablar con amigos y familiares

Los problemas de salud mental son algo que nadie debería enfrentar solo. Contar con apoyo, aunque sea sólo de una persona, puede hacer una gran diferencia. Esta guía te ayudará a sentirte más cómodo de buscar y hablar con tus personas más cercanas.
Grupo de amigos viendo sus teléfonos y hablando

¿Por qué debería hacerlo?

La sensación de vulnerabilidad da miedo, porque nos abre a lo desconocido (“¿qué dirán?”), e incluso a la posibilidad de ser rechazados. Esto es especialmente cierto en el caso de la salud mental: muchas personas tienen ideas preconcebidas o creencias culturales que moldean su comprensión de la salud mental. 

Las redes sociales nos pueden hacer sentir aún más inseguros: todos parecen ser su mejor versión de sí mismos todo el tiempo. Pero, incluso cuando alguien parezca ser perfecto, es importante recordar que esa no es la realidad. Esta falsa realidad a veces puede hacer que las personas se sientan diferentes o solas. Aunque sentirse diferente o solo no es una sensación agradable, es importante reconocer que la vulnerabilidad es una fortaleza, no una debilidad. Se requiere valentía. 

Mostrarse vulnerable con aquellos que nos importan puede ser especialmente difícil. Pero compartirles tus dificultades a tus personas más cercanas los puede ayudar a comprenderte mejor y sentir empatía por lo que estás sintiendo, en especial si estás pasando por un momento difícil. Mientras que las heridas físicas son visibles, el dolor interno que sentimos se tiene que comunicar para que los demás lo puedan ver. 

Lograr que tus amigos y familiares comprendan aquello por lo que estás pasando (tanto lo positivo como los desafíos) puede mejorar tu estado de ánimo, y a ellos les puede permitir brindarte el apoyo que de otra forma no se darían cuenta (ni tú mismo) que requieres. Aunque no reemplaza la terapia con un profesional, encontrar la fortaleza para hacerle saber a otros en tu vida que estás teniendo dificultades puede ser un paso importante hacia la sanación. Lo único que se necesita es empezar por contárselo a una sola persona.

¿Cómo y cuándo debería hablar sobre mi salud mental?

Hay algunas cosas a tener en cuenta antes de hablar con un ser querido acerca de cómo te sientes. Puede que a veces estas conversaciones ocurran de manera natural, pero en un mundo ideal puedes planificarlas para tener un mayor control. 

Los preparativos

Vale la pena prepararse con tiempo para las conversaciones, de manera que puedas expresar todo lo que quieres decir. Puedes hacer esto al escribir tus ideas o incluso utilizando una app para grabar tu voz.

Tal vez tengas muchas emociones que no has expresado durante largo tiempo y tengas que tomar algunas decisiones acerca de lo que estás preparado para decir en este momento. Si no quieres, no es necesario que le cuentes a alguien todos los detalles de una vez: el solo hecho de mencionar que has estado teniendo problemas es un gran primer paso. Pensar con tiempo  qué es lo que quieres decir (y qué no quieres decir) te puede ayudar a tener una buena interacción.

El lugar

Asegúrate de que la conversación se dé en un momento y en un lugar donde ambos se sientan cómodos. Es mejor hablar en persona porque es la forma más directa y más íntima. Pero si no es posible tener una conversación presencial, piensa en qué forma de comunicación te acomoda mejor y te permite sentirte más seguro. Recuerda que aunque estamos acostumbrados a los mensajes de texto, las emociones suelen ser difíciles de expresar solamente con palabras. 

El momento

Trata de estar en un estado mental en el que te sientas suficientemente cómodo como para tener una conversación que podría ser difícil. Tener la mente clara te ayudará a recordar las cosas que quieres comunicar y las que no, y te permitirá tener un mayor control de tu relato y de tus reacciones.

Las expectativas

Es importante recordar que tú has tenido tiempo para preparar cómo te quieres expresar, pero tu ser querido no. Es completamente posible que pudiera necesitar algo de tiempo para digerir y procesar lo que le compartiste. 

Tal vez no responda como esperabas o de una forma que te haga sentir bien. No presiones para que todo se resuelva con una sola conversación, y sé consciente de que no puedes controlar las reacciones o sentimiento de nadie, ni siquiera las tuyas. Considera esta conversación como el primer paso crucial de un largo camino hacia conseguir apoyo.  

Sé amable contigo por cualquier emoción que pueda surgir durante la conversación y dedícate un tiempo para reflexionar y cuidarte después de ella (por ejemplo, sal a dar un paseo, escribe o toma un baño).

¿Cómo y cuándo debería hablar con un ser querido acerca de su salud mental?

Tal vez te cueste iniciar una conversación cuando ves a un ser querido que está teniendo dificultades con su salud mental y lo quieres ayudar. Puede que te preocupe decir algo equivocado, y quieras demostrarle que lo comprendes. Quizá nunca te enseñaron cómo tener este tipo de conversaciones y no sepas cómo hacerlo.

Dicho esto, si un ser querido confía en ti, es importante que al menos al principio te sientas cómodo de estar ahí para él. Aunque no es una lista completa, estas son algunas formas posibles de abordar la conversación de manera que funcione para ambos:

  • Asegúrate de estar en un lugar tranquilo donde ambos puedan brindar toda su atención. Es mejor si es en un lugar privado que los haga sentir seguros.
  • Si tu ser querido está hablando, enfócate en escuchar en lugar de dar consejos directos o mencionar tus propias experiencias. Puede ser tentador ponerse a defender tu propio caso basándote en tus recuerdos o experiencias, pero sus sentimientos siempre son válidos. Dale el tiempo de hablar y el espacio para sentir. Reconoce lo difícil que debe ser para tu ser querido contarte su historia. 
  • No uses un tono ni un enfoque críticos al inicio ni durante la conversación. Este es un ejemplo de cómo podrías iniciar la conversación: “He notado que últimamente estás diferente. ¿Hay algo de lo que quieras hablar? Aquí estoy para escucharte”. Las preguntas abiertas les permiten hablar de lo que sienten, y a ti te permite ser comprensivo y escuchar.
  • No te sientas presionado a tener que arreglar la situación. Escuchar con atención es algo muy valioso, más de lo que solemos reconocer. Trata de no apresurarte a dar un consejo de forma inmediata o tratar de arreglar la situación. Si parece que tu ser querido pudiera necesitar un apoyo que tú no le puedes dar, anímalo a buscar ayuda profesional. Demuéstrale que estás haciendo esa sugerencia con amor. Incluso lo podrías ayudar a contactar a alguien para recibir ayuda.
  • Dale seguimiento a la conversación con tu ser querido. Estas conversaciones requieren tiempo y a menudo una sola conversación es sólo el principio. Asegúrate de darle seguimiento a la conversación. Pregúntale a tu ser querido cómo quiere que tú te mantengas en contacto. Pídele que te diga cómo prefiere que expreses tu preocupación sobre las cosas que notas. Esto les otorga poder en la relación, cuando la vulnerabilidad se vuelve difícil de manejar.
  • Cuida también de ti mismo. Tener un ser querido que está teniendo problemas puede afectar tu salud mental. Sé consciente de que tal vez necesites establecer límites en relación con el apoyo que le puedes brindar, y eso está bien. Dedicar tiempo a ti mismo te puede ayudar a estar más presente en el momento en el que le puedes brindar apoyo a tu ser querido. Puede que necesites ir tú mismo a terapia o realizar tus propias actividades de autocuidado, y eso también está bien.

¿Cuál es la diferencia entre hablar con un ser querido y hablar con un terapeuta?

Hay algunas diferencias importantes entre hablar sobre tu salud mental con un terapeuta o psiquiatra y hablar con un ser querido. Sin embargo, ninguno reemplaza al otro y ambos son apoyos importantes para la salud mental.

Objetividad

Un proveedor de salud mental o terapeuta te puede brindar una perspectiva objetiva y calificada acerca de tu situación y tus circunstancias. Este podría no ser el caso de tus personas más cercanas, quienes es probable que tengan una impresión muy arraigada sobre ti. Además, el espacio que te puede brindar un terapeuta puede ser especialmente útil cuando necesitamos expresar sentimientos relacionados con nuestros seres queridos.

Privacidad

Un terapeuta está legalmente obligado a mantener en privado lo que tú le revelas, a menos de que exista un riesgo de daño hacia ti mismo o hacia alguien más. En el caso de un ser querido, debes tener en cuenta que no necesariamente se mantendrá entre ustedes dos todo lo que le cuentes. Además, podría ser más difícil compartir ciertas cosas con un ser querido si tienen que ver con alguien que él o ella conoce o incluso con ellos mismos.

Profesionalismo

Un terapeuta será honesto contigo y te brindará su total atención mientras tú le compartes todo sobre ti. Aunque los seres queridos pueden dar consejos valiosos y brindarte consuelo, no están capacitados para apoyarte de la misma manera que un terapeuta. Un terapeuta no es tu amigo, pero está ahí para ayudarte a entender los factores que te causan estrés, así como tus pensamientos, sentimientos y comportamientos. También te pueden ofrecer técnicas de afrontamiento y enseñarte habilidades que tus amigos y familiares puede que no conozcan.

Conoce más sobre la terapia

¿Qué pasos puedo seguir ahora?

Tú decides cuándo hablar (después de todo se trata de tu experiencia y de tu historia). Dicho esto, hablar acerca de tu salud mental puede ser un proceso intimidante, y es por eso que puede ser útil separarlo en pasos que contribuyan a que alcances tu objetivo final: 

  1. Escribe lo que quieres decir. Poner tus ideas en papel (o en un dispositivo electrónico) es una buena idea para organizar lo que quieres decir y al mismo tiempo mantener esto en privado hasta que estés preparado para compartirlo. Puedes empezar por escribir un diario con lo que piensas y sientes. Al principio, no te preocupes por la estructura ni el objetivo; tampoco juzgues lo que escribes. Esta práctica te puede llevar eventualmente a estructurar los temas que quieres tratar con tu ser querido.
  2. Descubre cuándo y dónde te gustaría hablar. Piensa qué momento y lugar serían los ideales para hablar. Puedes anotar algunas opciones y después elegir la que te haga sentir más cómodo. 
  3. Piensa con qué ser querido te gustaría hablar. Cuando estamos preparados para hablar, puede ser tentador querer hablar con todas las personas en nuestro círculo cercano, pero es importante empezar solo con una. Piensa con quién te sentirías más cómodo de hablar y quién pudiera responder de mejor manera y apoyarte mejor. Por supuesto que esto puede ser difícil de predecir, pero podrían tener una idea.
  4. Sé amable contigo. Se requiere mucho coraje y valentía para hablar con otra persona cuando tienes problemas. Es natural tener temores y dudas, pero dedícate un momento para estar orgulloso de ti mismo por haber tomado este paso fundamental para sentirte mejor. 
  5. Haz planes de autocuidado para antes y después de la conversación. Es importante saber que al hablar sobre tu salud mental se desencadenan sentimientos y reacciones, en especial la primera vez. Así como planificarás la conversación, planifica también tu autocuidado. 

Recursos recomendados

Estos son algunos recursos que te pueden ayudar a iniciar una conversación sobre salud mental con diferentes personas en tu vida.

  • Sitio web
    Seize the Awkward
    Iniciar una conversación sobre salud mental no tiene por qué ser incómodo y puede hacer la diferencia. Revisa estos recursos para aprender cómo apoyar a un amigo o para obtener ayuda para ti mismo.
    Enojo, Duelo y pérdida, Culpa, Para personas jóvenes, Para un ser querido
  • Sitio web | Herramientas interactivas
    Sound It Out Together
    Sound It Out tiene todas las herramientas que necesitas para desarrollar relaciones abiertas y honestas con tus niños.
    Conflictos familiares, Para familias, Para personas jóvenes, Para padres

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