Apoyar la salud mental de tus seres queridos
¿Por qué lo debo hacer?
No todas las personas tienen una condición de salud mental diagnosticable. Pero todas contamos con ese estado de bienestar emocional y psicológico que es la salud mental. La mayoría de las personas sienten inseguridad, ansiedad, tristeza, temor, nerviosismo y angustia en algún punto de sus vidas. Y en ocasiones, esos sentimientos se salen de control y es necesario buscar ayuda para enfrentarlos.
Si alguna vez te has enfrentado a problemas de salud mental, sabes lo difícil que es superarlos por tu cuenta. Muchas personas ocultan lo que sienten porque piensan que sus emociones y experiencias son una carga para los demás, o que les costará entenderlas.
A la larga, esto puede ocasionar aislamiento social, vergüenza y consecuencias más graves. Nadie tendría por qué pasar por esto.
No es fácil hablar abiertamente de tus sentimientos y mostrar tu vulnerabilidad: muchas personas lo evitan por temor al rechazo o a ser juzgadas. Pero lo cierto es que hablar con tus seres queridos sobre su salud mental es crucial. Esto los hace sentir mejor y les da una visión más optimista de la vida. Mostrarles empatía y comprensión es una forma sencilla pero poderosa de ayudarlos a enfrentar emociones difíciles.
Tener conversaciones sobre salud mental con tus seres queridos no reemplaza la terapia ni la atención profesional en salud mental, pero es una parte esencial del apoyo que les puedes brindar.
¿Qué puedo hacer ahora?
Es importante que al hablar con tus seres queridos sobre su salud mental tomes en cuenta algunas cosas para no agudizar sus problemas ni desalentar que en el futuro acudan contigo.
¿Cómo abordar el tema de salud mental con un ser querido?
- Crea un espacio seguro y tranquilo para que tu ser querido pueda compartir sus sentimientos, procesar las emociones difíciles y hablar de sus pensamientos íntimos con mayor comodidad.
- Confirma si está buscando aprobación o ayuda para resolver sus problemas. Es importante que le preguntes cómo se siente y qué tipo de apoyo necesita. Algunas personas se podrían sentir subestimadas si tratamos de resolver su problema de inmediato, cuando lo único que están buscando es desahogarse. Pero para otras personas, puede ser muy reconfortante analizar una situación y tratar de encontrar soluciones. Pregúntale a tu ser querido qué quiere.
- Escucha activamente y haz preguntas abiertas. Pon atención a lo que te está contando. Si a tu ser querido le cuesta expresarse, hazle preguntas sutiles y respetuosas para facilitar que se abra contigo. También podrías repetir con tus propias palabras lo que te dijo para demostrarle que estás escuchando y que entendiste. No trates de apresurar la conversación, en especial si notas que tu ser querido está experimentando emociones fuertes.
- No juzgues. Recuerda que no podemos evitar nuestros sentimientos, así como no siempre podemos controlar lo que pensamos. Ninguna persona debería ser juzgada negativamente por tener días malos o preocupaciones extremas. Aunque no estés de acuerdo con su forma de analizar la situación, puedes validar sus emociones y entender sus motivos.
- Pregunta cómo puedes apoyar a tu ser querido, ya sea que te ofrezcas a limpiar su cocina, hagas un trámite que tenga pendiente o que le hagas compañía mientras ven una película.
- Valida y empodera a tu ser querido. Si siente ansiedad, ofrécele consuelo. Si ha perdido su confianza, dile por qué lo amas y por qué es importante para ti. Pregúntale qué lo hace sentir mejor, quizás caminar, quedarse en silencio, escuchar música o hacer otra cosa relajante.
Brindarles este tipo de apoyo puede ser realmente reconfortante y hacer una gran diferencia, aunque no puedas resolver todos sus problemas.
Ideas para iniciar la conversación
- Antes que nada, es importante preguntarle a las personas qué podría ser útil. Al inicio de la conversación, pregúntales si quieren que las ayudes a encontrar una solución o sólo necesitan que las escuches.
- Una buena manera de iniciar la conversación podría ser preguntando: “¿Cómo te has sentido últimamente?”.
- Si es alguien que conoces bien y que te ha compartido un desafío específico de salud mental, le puedes preguntar de forma directa: “¿Cómo vas con la depresión/ansiedad/etc.?”.
- Si tú estás pasando por cosas parecidas, puede ser útil compartir tu experiencia primero: “He tenido días buenos y días malos con el/la [problema de salud mental]. ¿Cómo te va a ti?”.
Qué no decir
- Presta atención a cómo te refieres a la salud mental en general. Algunas palabras, como “loco/loca”, “demente”, “psicópata” y otras más que son de uso común, están estrechamente vinculadas con el estigma hacia las personas que tienen condiciones de salud mental. Busca expandir tu vocabulario para que puedas sustituirlas por expresiones más adecuadas. Quizá tu día no estuvo “demente”, sino un poco desorganizado. Tu jefe no es un “psicópata”, pero sí muy exigente.
- No uses clichés o frases motivacionales. Tal vez creas que ayuda, pero hay expresiones que sólo funcionan en las tarjetas comerciales. Decir cosas como “ánimo, esto también pasará”, o “no te rindas, sé que lo lograrás” podría parecer insensible ante la gravedad de lo que las personas están experimentando.
- Evita diagnosticar a tu ser querido o decirle qué hacer. Aunque seas un profesional con licencia, estarías cruzando un límite, y esto podría resultar perjudicial para su tratamiento y recuperación. Pregúntale directamente qué le sucede, en lugar de especular, y sugiere recursos adecuados.
Cuál es la diferencia entre hablar con un ser querido y un terapeuta
El apoyo de la comunidad y la atención de salud mental van de la mano, pero ninguna debería reemplazar a la otra. Es importante que te limites y reconozcas hasta dónde puedes ayudar a tu ser querido, aunque sientas el impulso de resolver sus problemas (y aunque seas terapeuta o trabajador social).
El profesionalismo, la privacidad y objetividad son las principales diferencias entre la atención de salud mental y el apoyo que tú le puedes brindar a tu ser querido por tu cuenta. Un proveedor de salud mental o terapeuta con licencia cuenta con capacitación profesional para ayudar a las personas, y es posible que tú no sepas cómo ofrecer ese apoyo imparcial y estructurado. También pueden ofrecer estrategias basadas en evidencia para mejorar la salud mental.
Como amigo, amiga o confidente tal vez conozcas desde hace años la vida de una persona y las dificultades que ha enfrentado. Y esto es definitivamente muy valioso, cuando tenemos conversaciones de corazón a corazón. Pero cuando estás tratando de averiguar cuál es el estado de salud mental de una persona, su relación de amistad puede crear prejuicios que te impidan ver las cosas con claridad.
Recursos recomendados
Recuerda cuidar de ti y atender tus necesidades de la misma manera que cuidas y atiendes a tu ser querido. Pon límites, dedica tiempo para ti y asegúrate de priorizar tu salud mental.
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