El término “salud mental” se refiere a “cómo te sientes” o a tu nivel de bienestar psicológico y emocional. Se puede pensar en la salud mental de la misma manera que pensamos en la salud física, es decir, la valoración de qué tan sano estás mentalmente o qué tan bien estás lidiando (o no) con todas las cosas de la vida que afectan tu felicidad.

“Salud mental” es distinto a enfermedad mental y trastornos de salud mental. Aunque a veces usamos estos términos de manera intercambiable, son diferentes. La salud de las personas es un concepto integral, que incluye la salud mental, independientemente de si tienen (o no) una condición de salud mental. Una enfermedad física afecta tu salud física de forma negativa. De la misma manera, una enfermedad o condición mental puede tener un impacto negativo en tu salud mental. Y para valorar el estado de salud tanto físico como mental se utiliza un rango. 

La salud mental es salud. Aunque durante algún tiempo se ha considerado la salud física de forma separada de la salud mental, ambas son igualmente importantes para nuestro funcionamiento general y una puede afectar a la otra. Sabemos por la ciencia y las experiencias de vida (tu historia) que tu salud mental afecta tu salud en general, así como la manera en que te percibes a ti mismo, a tus seres queridos y, en un sentido más amplio, a tu comunidad.

Es posible que te enfrentes a algunas creencias sobre la salud mental en tu familia, grupo de amigos o provenientes de tu cultura que podrían ser una barrera para reconocer cuándo necesitas ayuda e incluso para pedirla. Debido a que la salud mental solía estar estrechamente asociada con la enfermedad mental, y dado que los tratamientos médicos y terapéuticos eficaces no existían todavía, el estigma sobre la salud mental fue internalizado y se transmitió de generación en generación. 

La falta de atención de la salud mental puede tener un efecto en cadena y perjudicar todo, desde las amistades, las relaciones, los empleos y la salud física en general. No hay nada vergonzoso en pedir ayuda, y no demuestra debilidad. De hecho, valorar tu salud mental y cuidarla es uno de los actos de mayor fortaleza que puedes hacer por ti mismo y por las personas que amas.

Puede ser que a veces no tengas tiempo para ponerte a ti o a tu salud mental en primer lugar, porque tienes muchas cosas qué hacer y a muchas personas que apoyar. Pero cuanto más te priorices a ti mismo, te irá mejor como estudiante, empleado e incluso como amigo o familiar.

Dicho esto, hay muchas formas de empezar a otorgarle a tu salud mental un papel más relevante en tu vida. Estas son algunas ideas para empezar:

• Habla contigo con frecuencia. Pregúntate:
  • ¿Cómo me siento en este momento?
  • ¿Qué sensaciones reconozco en mi cuerpo que podrían indicar cómo me siento?
  • ¿Cómo estoy durmiendo o comiendo? ¿Alguno de mis hábitos han cambiado?¿Qué cosas me están haciendo sentir así? 
  • ¿Qué puedo hacer para sentirme mejor?
  • ¿Mis amigos o familiares han señalado cambios en mi comportamiento? 
• Habla con las personas que amas. Pregúntales cómo están, no es necesario tener un motivo particular. Crea el hábito de hablar y escuchar a tus seres queridos, ya que el apoyo de los demás es uno de los mayores factores de protección que nos previenen de desarrollar síntomas más graves. Podemos crear una cultura del cuidado.

Si sientes que no puedes controlar tu estado de ánimo, tus pensamientos y las cosas que te causan estrés, o si has notado un cambio en tu ser querido, hay varios recursos y cosas que puedes probar, empezando por comprender las emociones que tu ser querido o tú están experimentando en este momento. Podría parecer algo sencillo, pero no hablamos lo suficiente de nuestros sentimientos, y notarlos e identificarlos es un buen punto de partida.

Sin embargo, es importante comprender que si tenemos sentimientos que duran semanas, que están interfiriendo con nuestra vida diaria y están asociados con cambios en el sueño o estado de ánimo, por ejemplo, podría ser necesario hablar con un profesional para saber si en realidad estamos enfrentando una enfermedad mental.

Como se mencionó anteriormente, el primer paso es analizar qué sentimientos están involucrados. Estas son algunas emociones comunes que conviene revisar:

También es útil considerar los factores potenciales de estrés en tu vida que podrían estar afectando tus emociones. Estos son algunos de los desafíos más comunes a los que se enfrentan las personas:

Aunque no todos los problemas de salud mental son señal de que existe una enfermedad mental, es importante entender las señales y los síntomas para poder abordarlos en caso necesario y notar si están empeorando. Muchas personas se enfrentan a depresión, ansiedad y otras condiciones de salud mental, y aunque no hablen de esto, obtienen la ayuda que necesitan.

Si tú o alguien que conoces necesita apoyo inmediato. no esperes – obtén ayuda ahora.

Darse el tiempo de conocer más sobre salud mental, técnicas de afrontamiento y los recursos disponibles te ayudará a prepararte para notar tus propias emociones ahora y en el futuro.