Preocupación

Puede ser desgastante cuando los pensamientos acerca de lo que salió mal o lo que podría salir mal (conocidos como preocupación) se apoderan de tu mente. Esta guía te ayudará a explicar por qué te podrías sentir así y de qué manera manejarlo.
Hombre mirando hacia arriba en un espacio exterior

¿Qué es la preocupación?

Si alguna vez te has sentido extremadamente nervioso por un examen que se aproxima, o al viajar en un automóvil te has sentido inquieto por la forma de manejar del conductor, significa que has tenido sentimientos de preocupación. Todos nos preocupamos en distintos momentos de nuestra vida y por motivos diferentes. Por lo general, los pensamientos son pasajeros o podemos desviar nuestra atención hacia otra cosa. 

Pero, si esos pensamientos persisten y te cuesta pensar en otra cosa, puedes acabar exhausto por la preocupación. Es un reto enfocarnos en el presente cuando constantemente estamos  pensando en los “qué pasaría si…”.

¿Qué provoca mi preocupación?

Nuestro cuerpo está diseñado para anticipar y huir de las amenazas, que es precisamente lo que nos indican tanto la preocupación como la ansiedad. Por ejemplo, si aprendemos que un oso nos puede comer, nos preparamos biológicamente (nuestra respiración y la tensión de nuestros músculos) para huir de un oso si vemos uno.

Desarrollamos estas respuestas como una forma de protegernos y de ayudarnos a sobrevivir. En este sentido, la preocupación y la ansiedad no son sólo normales para nosotros, sino que además suelen ser necesarias. 

Dicho esto, a veces nuestros sensores se descontrolan y percibimos amenazas (o posibles amenazas) mayores de lo que en realidad son. Puede que nos cueste dejar de preocuparnos y nos empecemos a preparar físicamente para protegernos y huir. 

Emociones, estados de ánimo y desafíos en la vida relacionados

La preocupación y el pánico son respuestas comunes a muchas emociones y diferentes acontecimientos de la vida.

¿Cómo puedo manejar la preocupación?

Puede ser útil comprender que lo que estás experimentando es preocupación, ansiedad o pánico, así como aprender formas de enfocarte menos en el futuro y más en el presente, de modo que se reduzcan tus reacciones físicas y mentales. 

Es difícil hacer esto en el momento y requiere práctica: podría ser algo tan sencillo como dedicar unos minutos al día a concentrarte en tu respiración, aprender a ser consciente tanto de lo que te rodea como de tu seguridad y practicar una mayor conexión a tierra.

Dar pequeños pasos que te lleven a ser más amable contigo, así como aprender a calmarte y detener los ciclos de pensamiento negativos, puede tener beneficios enormes para tu calidad de vida. 

Herramientas de apoyo para manejar la preocupación

Muchas cosas te pueden preocupar y hacer sentir pánico, y aunque la preocupación y el pánico son sentimientos diferentes, hay varios enfoques comprobados que te pueden ayudar a comprenderte y sentirte mejor.
  • Recibe un masaje

    Aunque un masaje pudiera parecer como algo demasiado complaciente, puede aportar beneficios curativos como calmar tu sistema nervioso, aumentar la circulación, aliviar la tensión muscular, eliminar toxinas y fortalcer la inmunidad. También se ha demostrado que los masajes disminuyen el cortisol (hormona del estrés) y aumentan los niveles de oxitocina (conocida como "la hormona del amor"). Aunque siempre es una opción hacer una cita en un spa, también puedes probar a darte un automasaje o pedírselo a tu pareja.
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  • Haz una inversión en una manta con peso

    Las mantas con peso (TLDR, por sus siglas en inglés) funcionan. Los chalecos con peso funcionan incluso para nuestras mascotas. La ciencia es sencilla: es como estar arropado, seguro y protegido, o como recibir un gran abrazo de alguien a quien quieres. Está demostrado que el peso de una manta ayuda a calmar los nervios y a conciliar el sueño, lo que a su vez tiene todo tipo de beneficios para la salud.
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  • Reconocer cuándo buscar ayuda

    Si las cosas parecen estar empeorando en vez de mejorar, notas que has perdido el interés en personas y cosas que antes disfrutabas o te cuesta hacer actividades del día a día como comer, vestirte y salir de casa, podrías estar experimentando un problema de salud mental más grave, y lo mejor sería que busques un terapeuta o psiquiatra que te ayude a encontrar alivio. Considera empezar a registrar tus síntomas, ya sea en un diario o en una aplicación para el seguimiento del estado de ánimo, ya que no es tan fácil reconocer cuándo se producen cambios. Si tú o un ser querido tienen pensamientos de autolesión, habla con alguien de confianza o llama o envía un mensaje de texto al 988 para obtener apoyo gratuito y confidencial de la Línea de Prevención del Suicidio y Crisis.
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Más cosas para probar

¿Qué puedo hacer ahora?

Luchar contra una sensación de preocupación o pánico abrumadora puede dificultar saber qué está pasando contigo, de dónde proviene, si necesitas buscar ayuda y qué tipo de ayuda podrías necesitar. Es importante recordar que hay maneras saludables de manejar o incluso aliviar tus sentimientos.Tal vez requiera tiempo y paciencia encontrar finalmente lo que funcione para ti, pero existe y está disponible. Busca recursos, practica la conciencia plena y sé amable contigo mientras encuentras qué camino seguir.

Emociones relacionadas

Cuando tu nivel de preocupación y pánico se vuelve difícil de manejar, podría ser señal de que estás lidiando con una condición de salud mental más grande.