Tu primera sesión

Iniciar terapia es un gran paso. Hay cosas que puedes hacer para mantener la calma, prepararte y aprovechar al máximo tu primera sesión y las subsecuentes.

¿Qué puedo esperar?

Si nunca has trabajado con un terapeuta, tal vez te preguntes qué es lo que podrías esperar. Esto puede variar de un terapeuta a otro y según el tipo de terapia, pero algunas cosas suelen ser las mismas.

La primera sesión por lo general se centra en que tu terapeuta te conozca y en establecer las expectativas. Te preguntarán por tus experiencias de vida, si has ido a terapia anteriormente (y si es el caso, qué te funcionó y qué no), qué te trae a terapia ahora, cómo estás manejando actualmente cualquier desafío que estés enfrentando, entre otras cosas. Esta sesión implica una gran cantidad de preguntas y el terapeuta suele hablar mucho, así que prepárate para esto.

Después, dependiendo de qué tan seguido se reúnan, las sesiones podrían comenzar por discutir lo que ha pasado desde la última vez que se vieron y luego ir profundizando en algo que sea importante para ti. Los temas que surgen en terapia pueden incluir: tu infancia, tus relaciones pasadas y actuales, situaciones difíciles por las que has pasado o estás pasando, así como tus pensamientos, sentimientos y comportamientos sobre diferentes situaciones. Tu terapeuta también podría señalar cosas que ha notado en la terapia o en tu relación con él o con ella, ya que la forma en que te relacionas con tu terapeuta en el entorno de la terapia probablemente sea similar a tu forma de relacionarte en el mundo. 

Estas son algunas cosas que podrías esperar sentir o experimentar:

  • Podrías sentir emociones intensas. Esto es completamente normal, y ayuda a que tu terapeuta entienda cómo te sientes, por lo que trata de no reprimirlas. También está bien si no experimentas este tipo de emociones. Si sientes que estás bloqueado o como si no estuvieras en contacto con tus emociones, también podrías analizar esto con tu terapeuta. Lo importante es hablarlo.
  • Necesitarás mirar hacia adentro. Los terapeutas suelen guiarte para que reflexiones sobre tus pensamientos y sentimientos y te vuelvas más consciente de quién eres. Comenzarás a darte cuenta de cosas sobre ti mismo que puede que nunca hayas notado antes, y eso podría ser atemorizante, pero te ayudará en tu crecimiento.
  • Aprenderás a ayudarte a ti mismo. Los terapeutas no resolverán tus problemas por ti, pero te ayudarán a entender cómo reaccionas ante ellos, y te pueden sugerir nuevas maneras de manejar lo que sientes y las cosas que te suceden.
  • Podrías tener “tareas”. Tu terapeuta te podría pedir que empieces a escribir un diario, pruebes nuevas estrategias de afrontamiento o que observes cosas específicas entre las sesiones. Estos son métodos comunes y efectivos que podrían utilizar los terapeutas que siguen los enfoques de la terapia cognitivo-conductual (TCC) o la terapia dialéctico-conductual (DBT, por sus siglas en inglés). Estas tareas deberían ser fáciles de hacer, por lo que si crees que es demasiado para ti o no ves posible hacerlas es importante que se lo digas a tu terapeuta.  
  • Puede que a veces no sepas de qué hablar. Podrías sentir que no tienes mucho para decir, y te podrías sentir tentado a cancelar la sesión. En su lugar, mejor sé honesto con tu terapeuta acerca de esto (“la verdad es que casi cancelo hoy porque siento que no tengo nada que decir”). Juntos pueden descubrir cómo aprovechar el tiempo y tal vez profundizar en algo de la sesión pasada.
  • Puede que te sientas peor, antes de empezar a sentirte mejor. Podrías notar que las emociones intensas que han surgido en terapia también se presentan fuera de las sesiones. Esto sucede a veces, en especial en las terapias para tratar el trauma. Es algo esperable: necesitas tener esa experiencia para poder superarlo. De cualquier manera, es importante hablarlo con el terapeuta.

Podrías perder la paciencia. Se requieren cerca de 10 sesiones para determinar la idoneidad y el progreso de una (nueva) terapia, así que dale tiempo para que funcione. Estás trabajando en el cambio de comportamientos o estrategias de afrontamiento en tu vida y eso lleva tiempo.

¿Cómo me debería preparar?

Tu terapeuta guiará tu primera sesión completa y todas las que sigan, y te dirá qué esperar en cada momento. Dicho esto, hay algunas cosas que puedes hacer para ayudar a obtener los mejores resultados.

En tu primera sesión completa:

  • Prepárate para explicar por qué estás buscando una terapia (incluyendo síntomas específicos o desafíos) y qué esperas lograr a lo largo del tratamiento para que puedas definir tus metas junto con el terapeuta. Quizás esto sea difícil para ti, y podría cambiar con el tiempo, pero trata de ser lo más específico posible.
  • Si tienes experiencia previa con la terapia, piensa en lo que funcionó bien y en lo que no, para que puedas compartir esto con tu terapeuta. Puede ser útil hablar sobre lo que te resultó difícil en la relación con ese terapeuta anterior, si es que hubo algo (por ejemplo, hablar, establecer objetivos).
  • Si has iniciado una terapia para hablar acerca de un sentimiento como la tristeza, o de un factor de estrés como la familia, puede ser útil traer anotadas las cosas específicas que quieres abordar dentro de estos temas (puedes irlas anotando durante las semanas previas a tu visita). Por ejemplo, en el caso de la tristeza, podría ser útil observar qué tan seguido te sientes triste y qué parece desencadenar ese sentimiento. ¿Qué te preocupa acerca de esto? ¿Qué otros síntomas estás notando además de la tristeza?
  • Revisa los medicamentos que has tomado antes y los que tomas actualmente, así como tu historial médico familiar, para que puedas compartir esta información en los formularios que te pidan llenar en el consultorio o durante la conversación con tu terapeuta. Esto podría significar recordar los medicamentos que has tomado o revisar tus registros médicos, así como preguntar a tus familiares acerca de su historial.
  • Prepárate para hablar mucho. Esto ayudará a tu terapeuta a conocerte mejor. Y trata de no frustrarte demasiado con las preguntas aclaratorias que te hará y sus silencios: ¡esto es parte del proceso! Trata de programar algo tranquilo después de la terapia, para descansar.

Para las sesiones siguientes, hay algunos hábitos que es bueno desarrollar para aprovechar al máximo el tiempo juntos:

  • Reflexionar y revisar los objetivos que estableciste al principio junto con tu terapeuta.
  • Dedicar unos minutos antes de la sesión a ordenar tus pensamientos (o si se reunirán por videollamada o teléfono, encontrar un lugar tranquilo para prepararte y eliminar las distracciones).
  • Anotar con anticipación los temas que te gustaría abordar, para que cuando inicie la sesión ambos estén en sintonía y puedan aprovechar al máximo su tiempo juntos. Puede ser útil tomar apuntes entre una visita y la otra.
  • Hacer las tareas, en caso de que estés en una terapia que las incluye. Y si te cuesta hacerlas, háblalo con tu terapeuta, ya que esto también es importante.
  • Hablar con tu terapeuta, en caso de que tengan algún desacuerdo, algo no te guste, o sientas que no estás progresando. Puede que se te haga más sencillo simplemente dejar de ir o participar menos, pero eso no te ayuda. Hablar de estas cosas en voz alta puede ser muy útil. 
  • Asegurarte de que las expectativas sobre tu progreso sean realistas: cambiar requiere tiempo y esfuerzo. Sé amable contigo mismo a lo largo del proceso.

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¿Qué pasa si el terapeuta me recomienda medicación?

Tu terapeuta podría plantear el tema de la medicación, ya sea para atender una situación específica o de forma regular para ayudar con una condición existente. Si tu terapeuta te sugiere utilizar medicamentos, es posible que te refiera con un psiquiatra. Tu médico de atención primaria también podría prescribir los medicamentos para condiciones de salud mental y hacer el seguimiento, dependiendo de qué tan cómodo se sienta con esto y de la gravedad de tus síntomas: este podría ser un buen lugar donde comenzar.

A veces plantean el tema de los medicamentos porque notan que tus síntomas no están mejorando solamente con la terapia. O puede que noten que tus síntomas podrían estar interfiriendo con tu capacidad de procesar y participar en la terapia. 

Aunque la medicación es una parte del tratamiento cada vez más común y comprobada, es perfectamente normal que te cause nerviosismo el tema o que tengas dudas. Es importante que te sientas cómodo de hacer preguntas, expresar tus preocupaciones, e incluso esperar y pensarlo mejor. Para obtener más información sobre medicación y médicos que prescriben medicamentos, conoce más sobre psiquiatría. 

¿Durante cuánto tiempo y con cuánta frecuencia debería ir a terapia?

La duración y frecuencia de las sesiones, así como el tiempo que dure la terapia varía según tus motivos para ir a terapia, el tipo de terapia y tus objetivos.

Duración de las sesiones: Por lo general, las sesiones duran de 45 a 55 minutos. Puede que te parezca extraño que las sesiones empiecen y terminen en el minuto exacto, pero esto en realidad es parte de lo que las hace confiables: siempre sabes qué esperar. En el caso de un tratamiento más intensivo o en las terapias grupales, las sesiones suelen durar entre 80 y 85 minutos.

Frecuencia de las sesiones: Las sesiones tienden a ser cada dos semanas o todas las semanas, en especial al comienzo. En el caso de situaciones más graves o en tipos específicos de terapia (como la terapia de exposición y prevención de respuesta que se utiliza para el TOC), podrían ser varios días a la semana. Con el tiempo, la frecuencia podría ir disminuyendo. 

No hay reglas estándar, pero por lo general las personas dejan la terapia cuando:

  • Sus síntomas mejoran: Aunque varía en cada caso, las investigaciones sugieren que la mitad de las personas que presentan señales relacionadas con problemas de salud mental necesitan entre 15 a 20 sesiones para que sus síntomas disminuyan. En el caso de condiciones más graves podrían requerirse 12 a 18 meses1.
  • Alcanzan sus metas: Establecer metas claras y analizar cómo progresan te puede ayudar a darte cuenta cuándo ya las cumpliste. Por lo general, es una buena señal cuando sientes que puedes manejar de forma efectiva los desafíos por los que decidiste ir a terapia, o cuando sientes que ya no necesitas terapia para crecer. 

La decisión siempre es tuya. Incluso si alcanzas tus metas, podría ser que quieras seguir yendo a terapia de forma regular como una forma de autocuidado. Si crees que no estás avanzando, puedes hablar con tu terapeuta sobre la posibilidad de cambiar de enfoque, cambiar de terapeuta o finalizar la terapia.

¿Cómo sé si la terapia está funcionando?

Una manera clara de saber si la terapia está “funcionando” es analizar el progeso de tus metas (en inglés), ya sea que se trate de reducir los síntomas de una condición, superar emociones difíciles o manejar un desafío. 

Reconocer los cambios en ti es un indicador de progreso. Cuando empiezas a sentir alivio o esperanza, eso sugiere que podrías estar pensando o sintiendo de forma diferente. Tal vez estás durmiendo mejor o funcionando mejor cada día en el trabajo y en tus relaciones. 

También puedes revisar tu progreso de forma regular con tu terapeuta o hablar con tus seres queridos acerca de los cambios que ellos observan (si eso te hace sentir cómodo). A veces ellos notan los cambios antes que tú, y eso podría ser útil.

Se requiere tiempo para ver los cambios de una terapia, pero cuando sigues adelante, la terapia puede transformar tu vida y estos cambios pueden ser duraderos. Aunque puede que te tardes en encontrar al terapeuta adecuado y al principio te sientas incómodo y te cueste hablar de ti mismo, la terapia vale la pena.

Recursos

  • Herramientas interactivas
    Dónde conseguir ayuda | Mental Health America
    Mental Health America ofrece una herramienta interactiva, (Where to Get Help / Dónde conseguir ayuda) que recomienda dónde encontrar recursos de apoyo a la salud mental según tus necesidades.
    Trauma, Terapia
  • Herramientas interactivas
    Detección en línea de una variedad de condiciones de salud mental | Mental Health America
    Mental Health America ofrece herramientas para la detección en línea de una variedad de condiciones de salud mental. La valoración en línea es una de las formas más rápidas y sencillas de determinar si tus síntomas corresponden a una condición de salud mental.
    Enojo, Conflictos familiares, Duelo y pérdida, Trauma, Adicción, Esquizofrenia, Psicosis, Para personas jóvenes, Para padres, Trastornos alimentarios, Depresión postparto, Trastorno bipolar, Trastorno de estrés post-traumático (TEPT), Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), Ansiedad, Evaluación de salud mental en línea, Depresión
  • Directorio en línea
    Recursos para la prevención del suicidio enfocados en apoyar a personas de comunidades minoritarias
    The American Foundation for Suicide Prevention ofrece recursos para la prevención del suicidio enfocados en apoyar a personas de comunidades minoritarias.
    Para personas de origen hispano, Para personas nativas e indígenas, Para personas AAPI, Para personas negras, Terapia, Depresión, Suicidio
  • Directorio en línea
    FindTreatment.gov
    Un recurso confidencial y anónimo para personas que buscan tratamiento para trastornos mentales y por consumo de sustancias en Estados Unidos y sus territorios.
    Trauma, Adicción no relacionada con sustancias, Terapia, Adicción, Esquizofrenia, Psicosis, Trastornos alimentarios, Depresión postparto, Trastorno bipolar, Trastorno de estrés post-traumático (TEPT), Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), Ansiedad, Depresión, Suicidio, Trastorno por consumo de sustancias, Trastorno por consumo de alcohol, Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), Trastorno límite de la personalidad (TLP)

Más información sobre cómo encontrar ayuda

Referencias

  1. American Psychological Association. Length of Treatment for PTSD