Culpa

Es normal sentirnos culpables de vez en cuando, ya sea que nuestro comportamiento haya dañado en realidad a alguien o que el resultado haya sido o no nuestra culpa: todos cometemos errores, y en realidad la culpa nos enseña a preocuparnos por los demás en el proceso. Sin embargo, la culpa podría estar asociada a situaciones que están fuera de tu control, y tal vez experimentes sentimientos tan excesivos que interfieren con tu salud mental y tus interacciones con los demás. Esta guía te ayudará a identificar cuándo pudieras estar sintiendo culpa en exceso, y lo más importante, cómo manejarla.
Una persona subiendo escaleras en un túnel

¿Qué es?

Por lo general, las personas se sienten culpables cuando creen que algo malo que sucedió es su culpa, sin importar qué tan grande o pequeño haya sido o de quién fue la culpa. Probablemente hayas cometido errores en tu vida o hecho algo de lo que te arrepientes, y la culpa es esa sensación en la boca del estómago, de preocupación por haber lastimado a alguien o que te hace sentir cohibido y autocrítico. Esto es especialmente cierto si nunca confiesas tu error y en su lugar te obsesionas con lo que pudiste haber hecho diferente.

La culpa es diferente que la vergüenza: La culpa se refiere a una acción que llevaste a cabo (“hice algo mal”). En su lugar, la vergüenza se ve como algo que tiene que ver contigo (“soy malo”). En este sentido, la culpa es más específica, limitada y relacionada con un evento o comportamiento específico. La vergüenza, por otro lado, es un comentario negativo sobre cómo se ve una persona a sí misma o cómo cree que la ven los demás. 

Aunque definitivamente la culpa no se siente bien y conlleva una sensación de arrepentimiento, también abre la puerta a la reflexión y el crecimiento personal. Notar cuándo sientes culpa podría ser una señal de que hay que fijarse más detenidamente en una situación o comportamientos específicos, y te podría guiar para reparar relaciones sociales. Aunque también puede surgir en situaciones en las que en realidad no tienes ninguna responsabilidad, es una emoción muy poderosa que indica empatía y que puede impulsarte a mejorar tus acciones y comportamientos a futuro.

Dicho esto, muchas personas sienten culpa por cosas que están fuera de su control o en un grado que no es saludable. Por ejemplo, un padre o madre muy ocupados se podrían sentir culpables cuando compran comida para llevar porque no tuvieron tiempo de cocinar, y sienten que un buen padre o madre podría haber tenido tiempo para todo. Esto se suele llamar “complejo de culpa”. Cuando alguien siente complejo de culpa, puede que se sienta constantemente culpable acerca del pasado, el presente y el futuro, y se culpe a sí mismo por cosas que se imagina que hizo (o hará) mal. 

Es común que las personas con complejo de culpa perciban que sus acciones tienen un efecto mayor del que realmente tienen en una determinada situación, y muchas personas piensan que hicieron algo mal aunque no haya sido así, o podrían sobreestimar su papel en la situación. Este desfase con la realidad puede llevar a sentimientos de vergüenza, ansiedad y preocupación frecuentes.

Sentir una culpa excesiva también puede llevar a experimentar síntomas físicos, incluyendo dolores musculares, fatiga, insomnio, tensión muscular, problemas estomacales, pensamientos obsesivos o intrusivos y sentimientos intensos de pánico o preocupación. Tal vez te preocupe una situación o errores del pasado o sientas arrepentimiento. 

Por todas estas razones y más, es importante identificar la culpa que te ayuda y la culpa que te lastima, para tratarla antes de que tenga un efecto mayor e innecesario en tu salud mental y física. 

¿Qué la causa?

Tu origen cultural, tu infancia y tu química cerebral tienen mucho que ver con la causa de tu culpa. Por ejemplo, las personas están condicionadas a sentir culpa cuando se les enseña en su infancia que ciertos comportamientos o errores son “malos”. 

El deseo de evitar la culpa les enseña a los niños cómo interactuar, pero también puede evitar que las personas se enfoquen demasiado en los demás y menos en ellos mismos. Además, las personas que tienen demasiada ansiedad son más propensas a experimentar sentimientos de culpa persistentes. 

Como se mencionó antes, la culpa está ligada a la empatía, y sentir culpa te dice que mires más allá de ti y consideres cómo tu comportamiento afecta a otros. Debido a esto, las personas suelen experimentar culpa cuando sienten que de alguna manera han comprometido su moral o sus valores, o cuando han ido en contra de las expectativas o presiones de la sociedad. Por esto, a menudo nos sentimos culpables si nuestros valores entran en conflicto con nuestras elecciones personales, o si tenemos pensamientos o deseos que creemos que no deberíamos tener, o si atendemos nuestras propias necesidades cuando pensamos que deberíamos ocuparnos de las necesidades de otros.

Aunque muchas personas son más propensas que otras a sentirse culpables debido a estos factores, y a veces la culpa es injustificada o inapropiada, no significa que tengas que vivir con sentimientos abrumadores: hay formas de enfrentarlos y superarlos. 

Emociones relacionadas, estado de ánimo y desafíos en la vida

Si con frecuencia te sientes culpable, es importante que reflexiones acerca de los aspectos de tu vida que podrían estar contribuyendo o reforzando esos sentimientos.

Condiciones relacionadas

Una culpa excesiva puede ser a la vez la causa y el resultado de determinadas condiciones de salud mental. Es importante analizar si una condición de este tipo te pudiera estar afectando, para que puedas romper ese ciclo y asegurarte de recibir ayuda adecuada a tus necesidades.

¿Cómo la puedo manejar?

La culpa se puede sentir como una emoción difícil de manejar, pero es posible lidiar con la culpa incluso si los sentimientos han durado mucho tiempo. Hay algunos pasos básicos que puedes seguir para enfrentar la culpa, empezando simplemente por reconocer que existe: 

  1. Pregúntate si puedes señalar una acción que hayas llevado a cabo y que claramente condujo a un resultado negativo. Estas son algunas preguntas posibles: ¿Qué fue lo que provocó ese sentimiento y qué es lo que me hace sentir culpable? Si te cuesta identificarlo por tu cuenta, considera hablar con las personas que sientas pudieran haber resultado afectadas para conocer su perspectiva. 
  2. Identifica qué tipo de culpa estás sintiendo. Si tu culpa es el resultado de algo que puede que hayas hecho incorrectamente, haz lo posible por utilizar esto como una oportunidad para crecer y mejorar. Si no es el caso, hazte estas preguntas. Si la respuesta a alguna de ellas es afirmativa, puede que necesites afrontar algún sentimiento de culpa poco saludable
    • ¿Mi acción produjo algún resultado negativo o me siento culpable por los pensamientos que tuve (y no por la acción realizada)? 
    • ¿La situación y el resultado estaban bajo mi control? ¿Hice en realidad algo malo o solamente estoy percibiendo que hice algo mal?
    • ¿Hay algo que me causa estrés continuo y que me hace sentir desgastado y menos productivo?
    • ¿Me siento en conflicto porque por un lado estoy agradecido por mi experiencia y mi vida y por otro estoy triste porque otros puede que tengan menos que yo o enfrentan más dificultades que yo?
    • ¿Siento que no estoy haciendo lo suficiente de acuerdo con mi valores como individuo o como parte de un grupo?
    • ¿Me siento mal cuando priorizo mi tiempo y mi autocuidado por encima de otros? 
  3. Reflexiona acerca de lo que podría estar contribuyendo al(los) tipo(s) de culpa que estás sintiendo. Tu cultura, experiencias durante la infancia, religión o simplemente tu personalidad te podrían inclinar más a experimentar ciertos tipos de culpa poco saludables. Puede ser liberador y dar alivio reconocer esto cuando sientes culpa poco saludable. Está bien tener necesidades: no se puede complacer a todos al mismo tiempo. 
  4. Reflexiona acerca de lo que puedes y no puedes controlar. Pregúntate si está o no bajo tu control solucionar la situación por la cual te sientes culpable. Y si no lo está, considera qué aspectos de la situación sí podrías controlar (tus sentimientos, tus relaciones). Considera hacer arreglos, donde sea posible, o simplemente recordarte a ti mismo todas las cosas positivas que ofreces. Verlas por escrito te puede ayudar a sentirte menos culpable acerca de la única cosa en tu mente que no puedes cambiar. 
  5. Elimina el diálogo interno negativo. La culpa te puede llevar a sentir vergüenza y tener sentimientos negativos acerca de ti mismo como individuo, amigo o compañero. Trata de recordar que los comportamientos no te definen, y practica la autocompasión cada vez que puedas. Todos cometemos errores: de hecho, son parte de ser humano.

Si lo necesitas, habla con un ser querido o incluso con un terapeuta que te ayude a explorar esa culpa, sus causas y cómo enfrentarla de mejor manera.

Cosas que puedes probar

La culpa puede ser una poderosa y complicada red de emociones y experiencias. La autorreflexión es excelente para explorar cómo usar la culpa para tu beneficio. Además, hay muchas herramientas disponibles para ayudarte a dedicar tiempo y espacio a entenderte mejor


Lightbulb Realiza una actividad
Trata de hablarlo con alguien
Para:
Hablar con amigos y familiares ,
Trauma ,
Adicción no relacionada con sustancias ,
Problemas de pareja y rupturas ,
Consumo de sustancias ,
Problemas de salud crónicos y discapacidades ,
Enfrentar la discriminación y el estigma ,
Conflictos familiares ,
Duelo y pérdida ,
Culpa ,
Soledad ,
Descubrir tu género y sexualidad ,
Vergüenza
Es posible que lo último que quieras hacer sea hablar de lo que te está pasando. O quizá no quieras contarles a tus seres queridos. Es irónico, pero por lo general, esto es una señal de que para empezar a sanar necesitas dejar salir lo que te está oprimiendo. Considera pedirle a un terapeuta o a alguien de confianza que te escuche. Con una sola persona es suficiente para comenzar.

Lightbulb Ve
Identifica y evita el diálogo interno negativo
Para:
Adicción no relacionada con sustancias ,
Consumo de sustancias ,
Enojo ,
Culpa ,
Preocupación ,
Soledad ,
Descubrir tu género y sexualidad ,
Tristeza ,
Vergüenza
El estrés o la preocupación te pueden llevar a ver las situaciones desde una perspectiva negativa, a excederte en la autocrítica o dudar de tu capacidad para manejar las cosas que te causan estrés. Una forma de replantear nuestros pensamientos negativos es evitar pensar en ellos como si fueran hechos, y considerar otras posibilidades. Con el tiempo, esto te puede ayudar a reducir tu respuesta emocional negativa ante el estrés. El mundo es suficientemente difícil: no hace falta que tú te hagas las cosas más complicadas.

Lightbulb Realiza una actividad
Prueba empezar un diario
Para:
Problemas de pareja y rupturas ,
Adicción no relacionada con sustancias ,
Consumo de sustancias ,
Trauma ,
Preocupación ,
Duelo y pérdida ,
Enojo
Escribe cómo te sientes, y no te enfoques sólo en lo que te hace feliz, sino también en lo que te causa estrés o dolor. Las diferentes emociones que tenemos nos ayudan a manejar nuestra respuesta al estrés, y esto puede favorecer que nuestro sistema inmunológico sea más saludable. Mantener un diario también te puede servir para actuar: podrías identificar qué cosas quieres dejar de hacer o hacer menos y cuáles te gustaría empezar a hacer o hacer más, en qué situaciones quieres hacer cambios o necesitas que alguien te ayude, y podrías descubrir formas de manejar el estrés en el momento, si sabes qué cosas lo activan. Puede ser tentador usar la computadora, pero es más útil recurrir al clásico papel y lápiz. La buena noticia es que para obtener beneficios sólo necesitas dedicarle un par de veces a la semana a la escritura, durante unos 10 a 20 minutos.

¿Qué puedo hacer ahora?

Reconocer y ser conscientes de tu culpa saludable y no saludable es un importante primer paso. Es fácil que algo que sucedió te esté molestando y tú no te hayas dado cuenta. Hacer una pausa para notarlo, y nombrarlo como culpa, es un paso enorme para sentirse mejor. Dado que la culpa te enseña sobre ti mismo, trata de enfocarte en formas de convertir la culpa saludable en algo positivo para ti.

Incluso si es un cambio pequeño, aprovechar el poder de la culpa saludable y reconocer las fuentes de culpa poco saludables puede ser invaluable para tu salud física y mental, así como para enfrentar el mundo con más confianza y empatía.

  • Herramientas interactivas
    Detección en línea de una variedad de condiciones de salud mental | Mental Health America
    Mental Health America ofrece herramientas para la detección en línea de una variedad de condiciones de salud mental. La valoración en línea es una de las formas más rápidas y sencillas de determinar si tus síntomas corresponden a una condición de salud mental.
    Enojo, Conflictos familiares, Duelo y pérdida, Trauma, Adicción, Esquizofrenia, Psicosis, Para personas jóvenes, Para padres, Trastornos alimentarios, Depresión postparto, Trastorno bipolar, Trastorno de estrés post-traumático (TEPT), Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), Ansiedad, Evaluación de salud mental en línea, Depresión
  • Sitio web
    Wondermind
    Wondermind es un espacio en línea inclusivo, donde las personas se pueden poner en contacto para revisar, discutir y atravesar juntos por sus emociones. Ofrece herramientas y recursos para la salud mental.
    Enojo, Duelo y pérdida, Culpa, Salud mental
  • Sitio web
    Seize the Awkward
    Iniciar una conversación sobre salud mental no tiene por qué ser incómodo y puede hacer la diferencia. Revisa estos recursos para aprender cómo apoyar a un amigo o para obtener ayuda para ti mismo.
    Enojo, Duelo y pérdida, Culpa, Resources for teens, Para personas jóvenes, Para un ser querido