Culpa

Es normal sentirnos culpables de vez en cuando, ya sea que nuestro comportamiento haya dañado en realidad a alguien o que el resultado haya sido o no nuestra culpa: todos cometemos errores, y en realidad la culpa nos enseña a preocuparnos por los demás en el proceso. Sin embargo, la culpa podría estar asociada a situaciones que están fuera de tu control, y tal vez experimentes sentimientos tan excesivos que interfieren con tu salud mental y tus interacciones con los demás. Esta guía te ayudará a identificar cuándo pudieras estar sintiendo culpa en exceso, y lo más importante, cómo manejarla.
Una persona subiendo escaleras en un túnel

¿Qué es la culpa?

Por lo general, las personas se sienten culpables cuando creen que algo malo que sucedió es su culpa, sin importar qué tan grande o pequeño haya sido o de quién fue la culpa. Probablemente hayas cometido errores en tu vida o hecho algo de lo que te arrepientes, y la culpa es esa sensación en la boca del estómago, de preocupación por haber lastimado a alguien o que te hace sentir cohibido y autocrítico. Esto es especialmente cierto si nunca confiesas tu error y en su lugar te obsesionas con lo que pudiste haber hecho diferente.

La culpa es diferente que la vergüenza: La culpa se refiere a una acción que llevaste a cabo (“hice algo mal”). En su lugar, la vergüenza se ve como algo que tiene que ver contigo (“soy malo”). En este sentido, la culpa es más específica, limitada y relacionada con un evento o comportamiento específico. La vergüenza, por otro lado, es un comentario negativo sobre cómo se ve una persona a sí misma o cómo cree que la ven los demás.

¿Qué provoca mis sentimientos de culpa?

Tu origen cultural, tu infancia y tu química cerebral tienen mucho que ver con la causa de tu culpa. Por ejemplo, las personas están condicionadas a sentir culpa cuando se les enseña en su infancia que ciertos comportamientos o errores son “malos”. 

El deseo de evitar la culpa les enseña a los niños cómo interactuar, pero también puede evitar que las personas se enfoquen demasiado en los demás y menos en ellos mismos. Además, las personas que tienen demasiada ansiedad son más propensas a experimentar sentimientos de culpa persistentes. 

Emociones, estados de ánimo y desafíos en la vida relacionados

Si con frecuencia te sientes culpable, es importante que reflexiones acerca de los aspectos de tu vida que podrían estar contribuyendo o reforzando esos sentimientos.

¿Cómo puedo manejar la culpa?

La culpa se puede sentir como una emoción difícil de manejar, pero es posible lidiar con la culpa incluso si los sentimientos han durado mucho tiempo. Hay algunos pasos básicos que puedes seguir para enfrentar la culpa, empezando simplemente por reconocer que existe: 

1. Pregúntate si puedes señalar una acción que hayas llevado a cabo y que claramente condujo a un resultado negativo. Estas son algunas preguntas posibles: ¿Qué fue lo que provocó ese sentimiento y qué es lo que me hace sentir culpable? Si te cuesta identificarlo por tu cuenta, considera hablar con las personas que sientas pudieran haber resultado afectadas para conocer su perspectiva.

2. Identifica qué tipo de culpa estás sintiendo. Si tu culpa es el resultado de algo que puede que hayas hecho incorrectamente, haz lo posible por utilizar esto como una oportunidad para crecer y mejorar. Si no es el caso, hazte estas preguntas. Si la respuesta a alguna de ellas es afirmativa, puede que necesites afrontar algún sentimiento de culpa poco saludable

Herramientas de apoyo para manejar la culpa

La culpa puede ser una poderosa y complicada red de emociones y experiencias. La autorreflexión es excelente para explorar cómo usar la culpa para tu beneficio. Además, hay muchas herramientas disponibles para ayudarte a dedicar tiempo y espacio a entenderte mejor
Identifica y evita el diálogo interno negativo
  • Prueba empezar un diario

  • Older man and younger man talking while on a walk

    Trata de hablarlo con alguien

  • Pide ayuda específica

Más cosas para probar

¿Qué puedo hacer ahora?

Reconocer y ser conscientes de tu culpa saludable y no saludable es un importante primer paso. Es fácil que algo que sucedió te esté molestando y tú no te hayas dado cuenta. Hacer una pausa para notarlo, y nombrarlo como culpa, es un paso enorme para sentirse mejor. Dado que la culpa te enseña sobre ti mismo, trata de enfocarte en formas de convertir la culpa saludable en algo positivo para ti.Incluso si es un cambio pequeño, aprovechar el poder de la culpa saludable y reconocer las fuentes de culpa poco saludables puede ser invaluable para tu salud física y mental, así como para enfrentar el mundo con más confianza y empatía.

Condiciones relacionadas

Una culpa excesiva puede ser a la vez la causa y el resultado de determinadas condiciones de salud mental. Es importante analizar si una condición de este tipo te pudiera estar afectando, para que puedas romper ese ciclo y asegurarte de recibir ayuda adecuada a tus necesidades.