Los pequeños momentos en los que mantienes una actitud positiva pueden hacer la diferencia en tu salud mental. Prueba actividades y herramientas para enfocarte en cosas positivas cada día.
El sentimiento de vergüenza lleva a muchas personas a creer que no son valiosas o que no son dignas de ser amadas. Dedica tiempo a felicitarte y brindarte amor; por ejemplo, anota todos los días tres cosas que te gusten de ti.
Exponerte continuamente a noticias que te producen ansiedad puede agravar los sentimientos con los que estás batallando en este momento. Si te sientes peor después de revisar tus redes sociales, haz lo posible por limitar contenidos estresantes. Podrías decidir conectarte sólo a determinadas horas, desactivar las notificaciones o dejar de seguir las cuentas que te generan estrés y centrarte en las que te aporten calma y te mantengan al día.
Sé como Mike. Él atribuye al poder de su mente el mérito de haberse convertido en un maestro del baloncesto: al visualizarse a sí mismo ganando. Esto es algo que tú también podrías probar. ¿Cuál es el equivalente en tu vida de encestar o ganar un trofeo? Si te imaginas lográndolo, tu cerebro realmente hace el trabajo de crear una nueva vía neuronal. En términos no científicos, esto significa que cuando visualizas algo de forma vívida y repetida, el cerebro siente como si realmente hubieras hecho eso que imaginaste. Por lo tanto, cuando la situación se presenta en la vida real, puedes quedarte tranquilo en el momento y preocuparte un poco menos por cómo hacerlo, porque ya lo has experimentado en tu mente.
Piensa en la última vez que sentiste mucha alegría
La visualización puede tener un impacto poderoso en tu bienestar o en tu mente. Si estás deprimido o no te sientes motivado, dedica un momento a recordar la última vez que te sentiste realmente feliz. ¿Qué causó esa felicidad? ¿Fue una persona, un lugar, una situación? ¿Hay algo que puedas hacer hoy por ti que tal vez te inspire esa misma emoción? Siempre vale la pena invertir en tu propia felicidad.
Haz algo agradable para ti después de completar una tarea o alcanzar una matea, grande o pequeña. Por ejemplo, tómate un descanso, habla con un amigo o sal un rato al aire libre.
Busca formas de darle un descanso a tu mente y busca momentos de felicidad, por ejemplo, mantener tus pasatiempos e intereses o explorar otros nuevos. Además, participar en actividades divertidas y que nos motiven nos ayuda a desarrollar resiliencia y mecanismos de afrontamiento saludables, e incluso puede aumentar la esperanza de vida, según el National Institute on Aging.
El estrés o la preocupación te pueden llevar a ver las situaciones desde una perspectiva negativa, a excederte en la autocrítica o dudar de tu capacidad para manejar las cosas que te causan estrés. Una forma de replantear nuestros pensamientos negativos es evitar pensar en ellos como si fueran hechos, y considerar otras posibilidades. Con el tiempo, esto te puede ayudar a reducir tu respuesta emocional negativa ante el estrés. El mundo es suficientemente difícil: no hace falta que tú te hagas las cosas más complicadas.
Además de simplemente sonar bien, los estudios demuestran que escuchar música aumenta el flujo sanguíneo hacia las regiones del cerebro que producen y controlan las emociones. Y los estudios demuestran que la música rápida (normalmente entre 140 y 150 pulsaciones por minuto) tiende a generar emociones más positivas que la música más lenta. "Don't Stop Me Now" de Queen (a 156 pulsaciones por minuto) es sólo un ejemplo de una canción que podría generar emociones positivas: es la primera en una lista de 10 canciones que han sido investigadas. Pero déjate llevar y haz tu propia lista de canciones que te hagan sentir bien.