La historia de JT
La historia
Soy mamá soltera. Vivo en West Virginia y siempre fui el apoyo de todos. Ayudaba a mis amigos y familiares con sus problemas sin pensarlo dos veces. Hace un tiempo, empecé a salir con un hombre con trastorno bipolar. Sus síntomas empeoraron, y poco tiempo después, se quitó la vida. Me derrumbé.
Al principio me sentí muy culpable, como si yo debiera haber sabido que se quitaría la vida. Había hablado con él 15 minutos antes de recibir la llamada de su mamá. Durante semanas, cada vez que me iba a dormir, soñaba con esos 15 minutos una y otra vez. Apenas podía funcionar. Aunque estaba físicamente presente, estaba ausente. Sabía que estaba teniendo problemas para enfrentar la pérdida, pero hablar con mis amigos no me ayudó porque ellos se mostraron muy apáticos ante mi situación. Lo único que en realidad podía hacer era llorar.
La American Foundation for Suicide Prevention (se puede elegir el idioma de preferencia) estaba organizando una “Caminata para salir de la oscuridad” , así que fui con la esperanza de darle sentido a lo que había sucedido. Los coordinadores del evento escucharon mi historia y me juntaron con alguien que había pasado por lo mismo que yo, y ella habló conmigo a lo largo de toda la caminata.
Aprendí que hay una compleja serie de emociones en torno al suicidio que no están presentes en otros tipos de muerte. Continúo trabajando en mis sentimientos al hablar y compartir mis experiencias con otras personas para que sepan que no están solos. Comencé a participar en la AFSP como una forma de corresponder a su apoyo y ayudar a otros que están pasando actualmente por lo mismo que yo pasé a encontrar esperanza.
Para mí la vida es como un baile: algunas veces te mueves hacia adelante y otras hacia atrás, pero lo importante es seguir moviéndote.